Mago More y la fórmula práctica para cambiar hábitos

La gente no cambia, se transforma (y lo hace cuando le pica de verdad)

Todos decimos alguna vez eso de “tengo que cambiar”. Pero vamos a ser sinceros: cambiar, cambiar… no cambia casi nadie. Lo que sí ocurre —y Mago More lo clava en este episodio— es que la transformación aparece cuando la vida te aprieta las tuercas. No cuando lo deseas, sino cuando lo necesitas. Cuando el cuerpo, la mente o la situación dicen basta.

Y ahí es donde empieza lo bueno.

Microhábitos: la puerta secreta al cambio real

Pequeños hábitos, grandes revoluciones

No necesitas 21 días ni promesas de gimnasio. Lo que propone More es casi un truco de magia: hábitos de un minuto. Hacer una flexión. Beber agua al despertarte. Leer una frase inspiradora. Algo tan fácil que no puedes decir que no.

Ese gesto mínimo, repetido, hace magia: transforma tu historia. Dejas de ser alguien que «quiere cambiar» y pasas a ser alguien que ya está cambiando.

Diseña tu día, o tu día se te comerá

¿Te ha pasado acabar el día sintiéndote ocupado pero sin haber hecho nada relevante? Bienvenido al club. More lo tiene claro: si no eliges cómo empieza tu día, otros lo harán por ti. Instagram, correos, dramas ajenos.

El truco: empezar con intención. Escribir tus 3 objetivos. Salir a andar. Respirar antes de encender la pantalla. Crear un pequeño hábito que le diga a tu cerebro: hoy mandamos nosotros.

Y si eso lo repites… ya sabes lo que pasa. Se convierte en uno de esos microhábitos que cambian tu inercia sin que te des cuenta.

Tu atención es oro (y hay ladrones sueltos)

Vivimos hiperconectados y desenfocados. Notificaciones, scrolls infinitos, interrupciones constantes. Cada distracción no solo te roba tiempo: también tu energía y creatividad. More insiste: proteger tu atención debería ser como proteger tus ahorros.

¿Consejo práctico? Silencia lo que te desconcentra. Programa tus ratos de móvil. Decide tú lo que entra en tu cabeza. Porque lo que consumes… te consume.

Y eso incluye los hábitos digitales: revisar redes al despertar, contestar WhatsApps mientras desayunas… Pequeños gestos que acaban diseñando cómo piensas.

Tu cerebro no es vago, es eficiente

No es falta de fuerza de voluntad. Es que el cerebro busca atajos. Y cambiar consume energía. ¿La clave? Engañarlo. Crear hábitos tan fáciles que no suenen a amenaza. Repeticiones mínimas que se cuelan en tu rutina sin que se dé cuenta.

Hazlo tan sencillo que tu mente diga: «venga, va… esto sí lo hago». Y ya estás dentro. Ya tienes un pie en el cambio.

Repetición: la fábrica de tu identidad

No eres lo que dices que eres. Eres lo que haces. Si meditas cada mañana, eres una persona que medita. Si caminas cada noche, eres alguien activo. Tus hábitos diarios moldean tu identidad. Y eso es combustible para tu autoestima.

Cada acción repetida vota por el tipo de persona que estás siendo. Cada hábito suma (o resta).

El sistema infalible para que los hábitos no se vayan por el desagüe

More lo resume en tres reglas de oro:

  • Que sea sencillo: si cuesta, lo abandonarás.
  • Que sea específico: “voy a comer fruta antes de cada comida” gana a “voy a comer mejor”.
  • Que sea repetible: si no puedes hacerlo a diario, es demasiado grande.

¿Truco extra? Usa anclajes. Une el nuevo hábito a uno que ya tengas. Te lavas los dientes… y haces tres respiraciones. Y así el cerebro lo incorpora sin protestar.

Excusas con nombre de verdad

“No soy constante.” “No tengo tiempo.” “A mí eso no me funciona.”

Suena a autodiagnóstico, pero son excusas disfrazadas de certezas. Las murallas de la zona de confort. More propone cambiar el enfoque: no lo hagas perfecto. Hazlo. Aunque sea mal, aunque sea poco, pero hazlo. Porque cada vez que lo haces, estás votando por la persona que quieres ser.

Y cada vez que repites ese pequeño gesto, estás consolidando tus hábitos.

Las palabras con las que te hablas te están programando

Lo que te dices importa. Y mucho. Si te repites “soy un desastre”, acabarás actuando como tal. Si te dices “cada día lo intento”, ya estás avanzando. Tu diálogo interno es tu software. Y toca actualizarlo.

Háblate como lo haría tu mejor amigo. No como tu peor crítico. Porque esa voz, la que más escuchas, es la que define tu realidad.

El verdadero cambio empieza en lo pequeño

No subestimes el poder de un hábito pequeño. Porque si lo repites con intención, ese microgesto puede abrirte la puerta al cambio que llevas años posponiendo.

Los hábitos, al final, son como gotas: uno a uno parecen nada. Pero con el tiempo… hacen océanos.

Hábitos Uri Sabat, hábitos con Mago More
Uri Sabat, mucho más que una voz conocida

Quizás lo recuerdes de la radio. O de la tele. O de aquellos años en los que ponías Los 40 Principales mientras te vestías para salir. Pero lo cierto es que Uri Sabat ha mutado. Y de qué forma. Detrás del comunicador carismático de siempre, ahora hay un tipo que ha decidido ponerse serio con una cosa: el desarrollo personal sin disfraces.

Qué es LFDE (y por qué no se parece a ningún otro pódcast)

LFDE significa La Fórmula del Éxito. Pero no te equivoques: aquí no hay fórmulas milagrosas. Ni gurús de cartón. Ni frases de Mr. Wonderful colgando de un micro. Uri ha creado un espacio donde se habla de lo que de verdad cuesta: el miedo, la reinvención, la caída, el barro… y también de cómo se sale de ahí. Eso es lo que engancha.

Conversaciones con gente que ha vivido, no que posa

Cada semana, se sube al ring con personas que tienen algo valioso que contar. Gente que se ha estrellado, que ha cambiado de rumbo, que ha crecido sin manual. Es piel, es cicatriz, es verdad. Porque el éxito no se mide en followers, se mide en coherencia. Y este pódcast está lleno de eso.

Aquí no hay motivación vacía. Hay vida

Uri no te grita que puedes con todo. Te pregunta si te conoces lo suficiente como para intentarlo. Porque el verdadero desarrollo personal empieza ahí: cuando te atreves a mirar hacia dentro sin huir. Por eso este podcast no te anima: te remueve. Y cuando eso pasa, algo se despierta.

Más que un pódcast: una comunidad que no traga humo

LFDE se ha convertido en un punto de encuentro para quienes quieren crecer sin tener que fingir. No es solo aprender. Es desaprender, decir no. Es poner límites. Es escucharte. Y, en ese proceso, Uri no va por delante como un iluminado. Va al lado, como alguien que también se hace preguntas.

¿El resultado? Una comunidad que no quiere más ruido, sino sentido.

¿Por qué deberías darle una oportunidad?

Porque hay muchas voces en internet… pero pocas con verdad. Y porque si estás cansado de los discursos motivacionales con purpurina, LFDE puede ser ese lugar donde por fin te sientas entendido. Donde alguien no te dice lo que tienes que hacer, sino que comparte lo que a él también le dolió, le costó y le transformó.
Escúchalo. Quizás descubras que no necesitas una fórmula… solo un impulso real para empezar.

☕ Buy me a coffee

¿Te gustaría apoyar mi trabajo?

Sigue leyendo.

No me gustan las webs con anuncios pero mi cafetera italiana no se puede rellenar sola. Si te apetece darme un empujón puedes hacerlo a partir de 1 euro.

Dona