Por qué los 10 hábitos de Álex Rovira pueden hackear tu cabeza (para bien)
¿Y si te dijeran que puedes reprogramar tu mente como quien actualiza el software del móvil?
Eso es justo lo que plantea Álex Rovira en su charla con Sergio y Juan en Tengo un Plan. Pero ojo, no desde el humo motivacional que abunda en redes, sino desde la experiencia real de alguien que lleva décadas estudiando cómo pensamos, sentimos y decidimos.
Álex no viene a soltar frases bonitas. Viene a darte herramientas concretas. A lo largo del episodio desgrana diez hábitos diarios que no suenan a «propósitos de año nuevo», sino a pequeños gestos que —si los haces tuyos— pueden cambiarte el mapa mental. Literalmente.
¿El objetivo? Salir del piloto automático, cuestionar lo que das por sentado y empezar a construir desde dentro una versión de ti con más foco, más calma y más dirección.
Una conversación con la que no solo aprendes: también te pica el gusanillo de hacer algo con lo que acabas de escuchar.

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Comprar ahora en AmazonHábito 1: Cambia tu voz interior (no, no estás loco)
Todos tenemos una vocecita dentro que no calla ni con cinta americana. Álex dice que si esa voz te trata como un enemigo, no esperes que tu vida sea un parque de atracciones. ¿La clave? Que esa voz te anime, no te sabotee. Háblate bonito, como si fueras tu mejor amigo. Y si no sabes por dónde empezar, prueba con esto: “Estoy en proceso. Y voy bien.”
Hábito 2: Limpieza de creencias (sí, como si fuera Marie Kondo)
Muchas ideas que gobiernan tu vida no son tuyas. Son de tu abuela, tu profesor de mates o ese jefe que gritaba sin motivo. Reprogramar significa preguntarte: ¿esto me sirve o me está hundiendo? Si no te da paz, fuera. Y si te da energía, dentro. Así de fácil. Y de jodido, también.
Hábito 3: Haz consciente lo automático
¿Cuántas cosas haces sin pensarlas? No hablamos solo de cepillarte los dientes, sino de reaccionar mal, sabotear tus planes, hablarte feo… Si no ves el hábito, no puedes cambiarlo. Así que el primer paso es pillarte infraganti. Luego ya lo reprogramamos.
Hábito 4: La realidad no es lo que pasa, sino cómo lo interpretas
¿El vaso medio vacío o medio lleno? Álex no va de frases motivadoras, va de neuroplasticidad. Puedes enseñarle a tu cerebro a leer los hechos con una lupa constructiva. No para vivir en un mundo de unicornios, sino para tener más margen de maniobra cuando la vida te cruje.
Hábito 5: Come contenidos que te nutran (y no solo por TikTok)
Tu mente es como un plato de comida: si le metes basura, se indigesta. Libros, conversaciones, podcasts… cada input cuenta. Y sí, esto incluye dejar de ver vídeos de gente cayéndose en patinete si luego no puedes concentrarte en nada más profundo que eso.
Hábito 6: Rodéate de personas vitamina
Hay gente que te da vida… y otros que te chupan el alma como un dementor. Pues eso. Cuida tu entorno como cuidas tu dieta (o como deberías). Personas que te inspiran, te retan, te abrazan con palabras. Esa es tu nueva tribu.
Hábito 7: Agradece, aunque sea por no haber perdido el bus
La gratitud es la gimnasia emocional más barata y poderosa del planeta. ¿Tu día fue un caos? Encuentra una cosa buena y dale las gracias en voz alta (aunque sea por no haberte caído delante de todos en el metro).
Hábito 8: Visualiza lo que quieres y dilo con claridad
No basta con querer cosas. Hay que verlas. Describirlas. Soñarlas con los ojos abiertos y las palabras bien puestas. El cerebro necesita instrucciones claras, como un GPS: si no sabe a dónde vas, te deja dando vueltas por la rotonda de la vida.
Hábito 9: El cuerpo también piensa
¿Quieres una mente brillante en un cuerpo que no da ni para subir escaleras? Mala idea. Álex lo deja claro: cuida lo que comes, duerme como si fuera importante (porque lo es), y muévete más allá del sofá al microondas.
Hábito 10: El coraje como músculo
Cambiar da miedo. Pero quedarte igual también. El coraje no es para héroes de Marvel, es para gente que quiere crecer. Así que cada vez que dudes, pregúntate: ¿qué haría mi yo más valiente?
¿Por qué deberías escuchar este episodio ya?
Porque no es un discurso de autoayuda. Es un manual de supervivencia emocional. Sergio y Juan conducen la entrevista con una mezcla perfecta de admiración y humor, y Álex responde con sabiduría práctica, sin ínfulas. Es de esos episodios que terminas con una nota mental (o diez), y la sensación de que, por fin, tienes un plan.

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¿Quiénes están realmente detrás de «Tengo un Plan»?
Hay podcasts que suenan bien. Y luego está Tengo un Plan, que no solo suena, sino que te remueve. Detrás no hay una productora gigante, ni un despacho con corbatas diseñando contenido viral. Detrás están Sergio Beguería y Juan Domínguez: dos tipos que no hablan de emprendimiento desde la teoría, sino desde las cicatrices.
Son vendedores, sí. De los que entienden cómo se conecta con la gente sin sonar a vendedor. Domina el marketing digital, claro. Pero lo que los diferencia es que se han atrevido a aplicarlo a su propia vida, a sus propios negocios. Y no te lo cuentan desde la cima. Te lo cuentan mientras suben, con los pies llenos de barro.
Un podcast que también se escribe
El podcast fue solo el principio. Luego vino el libro. Tengo un plan: Lo que ellos saben y tú no. No es un manual de autoayuda, ni una guía paso a paso para hacerse rico. Es su historia contada sin maquillaje. Una colección de bofetadas de realidad envueltas en aprendizaje. Si estás emprendiendo y te sientes solo, ese libro te habla a ti.
Reconocimiento que no se busca (pero llega)
En 2025, los Premios Ondas Globales del Podcast los nominaron en la categoría “Mejor pódcast conversacional”. No por tener millones de seguidores, sino por algo más valioso: porque se nota que lo hacen desde el estómago, desde la experiencia y sin disfraz. Y eso, en un mundo lleno de «apariencias», tiene mucho más peso del que parece.
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